Desafortunadamente el 18 de Enero de este año ocurrió una desgracia; un ducto de PEMEX en el estado de Hidalgo explotó mientras decenas de personas lo ordeñaban.
Facebook se ha vuelto, al menos para mí una plataforma tóxica. Los mensajes se desvirtúan, se viraliza lo intranscendente, el humor se transforma en la excusa perfecta, nos creemos expertos y jueces de todos y de nadie. Definitivamente, no es mi plataforma predilecta.
Hace más de cinco meses que tomé la inteligente decisión de eliminar Facebook de mi celular, sólo entro ahora cuando trabajo en mi laptop y me nace la curiosidad de ver que hay de nuevo en la red social. Para mi sorpresa entrar y ver memes de la tragedia de hidalgo no fue algo que me sorprendiera al 100%, pero si me generó mucho ruido.
Varios de los memes que circulan manejan un mensaje que se resume en lo siguiente “qué bueno que les pasó, por ladrones”. Y es cierto, una premisa universal dicta “haz el bien y evita el mal”, de esta forma tu vida será más de provecho; robar no es precisamente un acto de bien.
Sin embargo, en un país como México, el robo desmedido y a discreción nos dice otra cosa que tenemos que entender, y que nos llevará a reflexionar de otro modo. En un país donde la impunidad, las carencias, las desventajas abismales y la corrupción son parte del día a día, el surgimiento de grupos de delincuencia organizada es casi algo común.
Uno de los memes que más llamó mi atención fue en el que se hacía al mexicano responsable de la desgracia real de #México, en donde se nos coloca como el principal enemigo, haciendo ver la labor de los presidentes como sólo eso, algo de menor impacto.
Existe una teoría denominada "El Triángulo de la Violencia" que nos explica tres tipos fundamentales de violencia. La violencia directa, la cual es la más evidente y perceptible, como la física o sexual; y la violencia cultural, la que se visualiza en expresiones, tradiciones y costumbres o prácticas religiosas que atentan a los derechos humanos.
Finalmente se encuentra la violencia estructural: La peor!! Esta violencia es la ejercida por las instituciones que conforman a una sociedad; es considerada como violencia política o gubernamental. La violencia estructural trata de definir cómo nuestras normas sociales benefician a ciertos grupos en la sociedad, generalmente a los grupos con mayores ventajas económicas. (CORRUPCIÓN).
La violencia estructural, por ende, es la más difícil de erradicar porque uno de los principales problemas es lo complicado que resulta detectar quien es el actor principal de en el ejercicio de dicha violencia.
En un estudio que leía sobre #violencia de género una mujer decía que no denunciaba los malos tratos de su esposo porque le quedaba muy lejos la fiscalía y que, además, sólo iba a perder su tiempo porque le pedían muchas cosas para poder levantar la denuncia. Es decir, la obstrucción y lentitud de procesos civiles/estructurales entorpece y al mismo tiempo fomenta otro tipo de violencia.
Entendamos entonces que estos los grupos se convierten en las victimas de racismo y discriminación, etc; pero al mismo tiempo pasan a ser actores de otros conflictos; porque como señala Galtung (el creador de dicha teoría), los conflictos se transforman.
Entonces, la pregunta principal que deberíamos hacernos es: ¿Qué lleva a un grupo social a cometer actos ilícitos? La corrupción prolongada; la desigualdad, las desventajas y las diferencias en el ejercicio del poder son la base de la pirámide de la violencia (Kilmartin, 2014).
El verdadero problema es el gobierno y la necedad de no entenderlo, de no tomar conciencia y ser responsables de a quienes colocamos en el poder. Claro, ya después de muchas generaciones nos encontramos intoxicados, y por ello requerimos que la depuración sea en todo rubro y no en uno sólo.